Comunicación
Paradojal y Mobbing. ¿Es posible la liberación?
*Por Silvia
Stamato
Paradoja y
mobbing
En el ámbito de trabajo el acoso se
produce como consecuencia de culturas perversas que se manifiestan en sistemas de gestión también perversos.
En una cultura empresarial construida sobre la base de que las personas son
objetos maniobrables, el proceso comunicacional es paradojal.
La paradoja es una contradicción.
Etimológicamente, la palabra surge del latín paradoxum. Se encuentra compuesta por el prefijo para, que significa contrario o
alterado, en conjunción con el sufijo doxa, que significa opinión. La paradoja puede definirse como una
contradicción que resulta de una deducción correcta a partir de premisas congruentes.
Es el territorio de lo ambiguo. Se emiten dos mensajes simultáneos que resultan
ser incompatibles entre sí, o se utilizan metáforas o comparaciones. Las
paradojas actúan en todos los campos de las relaciones humanas. Existen razones
para creer que ejercen una considerable y permanente influencia en nuestra
percepción de la realidad. A través de
un doble vínculo, se transmiten mensajes sutiles no percibidos al principio
como destructores, porque simultáneamente otro mensaje contradice al
anterior. Por ejemplo, se dice un
cumplido, pero en tono amenazador que solamente la víctima comprende, se
utiliza el lenguaje gestual no verbal, se realizan alusiones indirectas,
insinuaciones, humillaciones. El agresor sabe manejarse en un
contexto ambiguo. Un abrazo lleno de afecto, un beso, un elogio – dependiendo
del contexto – se combinan con miradas cargadas de desprecio, odio o frases
aparentemente inocentes, destinadas a minar la autoestima. Esta ambigüedad busca que la víctima no sea capaz de localizar la
agresión, de percibirla y por lo tanto, defenderse ante ella. La agresión se produce de manera indirecta, pulsando los “resortes” más débiles de la víctima.
Los demás no perciben este lenguaje
paradojal y es común que aseguren a la víctima sobre el acosador: “Pero si se
trata de una buena persona…” Esto da a entender “algo habrás hecho”, “no puede
ser”. Si el acosado se defiende será
tratado de “agresivo”, “de carácter difícil” o de “loco”.
Consecuencias
para la víctima
1. El manipulador moviliza todos los medios a
su alcance para empobrecer a la víctima y hacerla vulnerable, generalmente alternando
entre un estilo de conducción por miedo y un estilo seductor.
2. En la fase de seducción, la víctima no
puede pensar con rigor, reduce al máximo su energía y su defensa interior. Esto
le impide defender su identidad y dignidad personal.
3. La pérdida de su identidad la priva de su
capacidad creadora, y la víctima usa ingenuamente el lenguaje trastrocado que le
ofrece el manipulador. Se establece un verdadero “vasallaje espiritual”
4. Ese lenguaje troquelado por el manipulador
para el dominio, no para la unidad, exalta el conflicto, en lugar de la concordia.
Promueve la división en vez de la integración. Así es que se despierta en la
víctima el sinsentido y la idea de absurdo sobre la situación en sí misma.
Por ejemplo: le buscan fallas para que aparezca como incompetente,
reprocharle esta situación y eventualmente hacer que renuncie o despedirla con justa causa. A veces, son
pequeños signos difíciles de distinguir de cambios indispensables en el lugar
de trabajo. Así es como, un cambio de oficina por otra en un lugar inhabitable
puede sustentarse en la necesidad de una “reestructuración”. Darle a una
persona una computadora que no funciona adecuadamente, un monitor que le
“quema” los ojos o no darle impresora, cuando tiene que imprimir muchas hojas
al día, puede enmascararse como reducción de costos o falta de insumos. Cambiar
a una persona “molesta porque trabaja bien” de sector, puede disfrazarse en
razones de “asignación de recursos humanos”; sobrecargas de trabajo, en razones
de necesidades temporarias de trabajo y así indefinidamente. Además, para
desestabilizar a alguien basta con poner de manifiesto sus errores reales o
supuestos, darle objetivos imposibles de cumplir, encomendarle tareas inútiles,
demostrarle que es “incompetente”, impedirle realizar su trabajo y decirle: “la
culpa no es tuya sino que es mía que no he sabido demostrarte mi visión” o “he
fallado en integrarte al equipo”. Una persona concienzuda, entusiasta y
proactiva que recibe estos tratos en forma sostenida, con el tiempo, se
desploma.
La
convicción de que nada tiene sentido y no vale la pena inspira una forma
extrema de nihilismo en el acosado. Y esta actitud espiritual se asienta en el
presentimiento, difuso pero intenso, de que los valores superiores son irreales
y carecen de toda efectividad sobre la propia vida. Es así que la víctima entra
en un proceso violento de vértigo que la priva progresivamente de libertad
interior, cercena su creatividad y la hunde en una pérdida creciente de
dignidad personal. La naturaleza humana sufre y las primeras señales de alarma son
las somatizaciones, la privación del sueño, perjuicios en las relaciones de
familia, conyugales o de amistad. Si la situación de acoso continúa, la víctima
camina hacia la destrucción de sus propios vínculos y hacia su destrucción
personal.
¿La liberación
es posible?
Es
necesario prestar suma atención a este falseamiento de la realidad laboral que
impide reaccionar contra la manipulación impuesta e incrementa al máximo el
poder del acosador.
Para las
personas es preciso mantener desde el comienzo:
1. Una actitud creativa ante la vida y el
trabajo: No perder de vista que la libertad humana se expresa a través de la
creatividad y que ésta no es tanto un don sino una actitud.
2. Crear vínculos, estar en compañía,
mantener las relaciones interpersonales, sostener los valores de
responsabilidad, veracidad, fidelidad, etc.
3. Una actitud de aprendizaje: Comprender a
fondo el proceso manipulador, a qué se debe y que implica un forma de
reduccionismo que acaba en violencia y destrucción para la víctima.
4. Mantener contra viento y marea la libertad
interior frente a los embates arteros del acosador.
Desde la
empresa se debe trabajar en:
1. Crear compromiso y visión compartida con
unos valores asumidos y vividos
2. Fortalecer los vínculos entre los trabajadores
para formar comunidad
3. Fomentar formas de liderazgo compartido basado
en la comunicación y en el conocimiento personal
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* Sobre Silvia Stamato
. Presidente de ACAMLA: Asociación Contra el Acoso
Moral Laboral Argentina
. Presidente del
Comité Académico y Ejecutivo: II Congreso Internacional de Mobbing &
Bullying
. Consultora y Directora
de la consultora Silvia Stamato
. Magister en
Gestión de Proyectos Educativos por Universidad CAECE
. Posgrado en
Administración de Recursos Humanos. Universidad Nacional del Centro de la
Provincia de Buenos Aires
. Licenciada en
Administración por la Universidad de Buenos Aires
. Docente de posgrado
y de grado de universidades argentinas y del exterior
. Autora de silviastamato.blogspot.com
Datos de
contacto:
Mag. Silvia
Stamato
Presidente
ACAMLA. Asociación contra el Acoso Moral Laboral de Argentina.
(54 11)
154188 2805
silviastamato@gmail.com
Skype:
silvia.stamato
Buenos Aires,
Argentina